lunes, 30 de marzo de 2009

¿Alimentando a las ovejas o entreteniendo a los cabritos? - Charles Spurgeon

Un mal reside en el campamento profesado del Señor, tan desagradable y tan revelador, que hasta el más miope difícilmente pueda dejar de notarlo. Durante los últimos años se ha desarrollado a una velocidad anormal. Ha trabajado como la levadura; hasta que toda la masa se fermente. El diablo rara vez ha hecho una cosa más astuta que insinuarle a la Iglesia que parte de su misión es proporcionar entretenimiento para la gente con el propósito de ganarlos. De haber comenzado en un inicio a denunciar las cosas como lo hacían los puritanos, ahora la Iglesia ha gradualmente degradado su testimonio. Le ha ceñido el ojo, y ha justificado, a las frivolidades del día. Luego las ha tolerado dentro de sus confines y ahora las ha adoptado bajo el argumento de que está alcanzando a las masas.

Mi primer argumento es que en ningún lugar de las Escrituras se menciona, como una función de la Iglesia, el proporcionar entretenimiento a la gente. Si esto fuera un trabajo cristiano, ¿por qué no habló de ello Cristo? “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.” (Marcos 16:15) Eso esta lo suficientemente claro.

Si Él hubiese agregado el entretenimiento, hubiera dicho algo así, “Y proporcionen entretenimiento a todos aquellos que no disfrutan el evangelio.” Sin embargo, estas palabras no se encuentran en ninguna parte. Parece no habérsele ocurrido. Por otro lado, Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio.” (Efesios 4:11-12)
¿Dónde entran los artistas de entretenimiento aquí? El Espíritu Santo guarda silencio con respecto a ellos. ¿Acaso fueron perseguidos los profetas porque entretenían a la gente, o porque los rechazaron? Un concierto no tiene lugar en el rol del mártir.

De nuevo, proporcionar entretenimiento está directamente en contra de la enseñanza y la vida de Cristo, y de todos Sus apóstoles. ¿Cuál era la actitud de la Iglesia hacia el mundo? “Vosotros sois la sal,”. No dice, “dulce de azúcar”. Es algo que el mundo escupe, no algo que se traga. La declaración fue corta y tajante, “Deja que los muertos entierren a sus muertos.” ¡Él hablaba con una seriedad terrible!

Si Cristo hubiera introducido más elementos brillantes y placenteros dentro de Su misión, Él hubiera sido más popular cuando la gente regresaba por la naturaleza y estilo de Su enseñanza. Yo no lo escucho decir, “Corre detrás de esa gente, Pedro, y diles que tendremos un estilo diferente de servicio mañana; algo corto y atractivo con poca predicación. Tendremos una tarde placentera para la gente. Diles que de seguro lo disfrutarán. ¡Rápido, Pedro, debemos atraer gente de alguna manera!” Jesús compadeció a los pecadores, suspiró y lloró por ellos, pero nunca buscó entretenerlos.

Buscaríamos en vano en las Epístolas cualquier rastro de entretenimiento del Evangelio. Su mensaje es, “Salte, guárdate, mantente limpio!” Cualquier cosa que se aproxime a un engaño se hace evidente por la ausencia de esto. Ellos tenían una confianza infinita en el Evangelio, y no empleaban otra arma.
Después de que Pedro y Juan fueran encarcelados por predicar, la Iglesia tuvo una reunión de oración, pero ellos no oraron, “Señor concédele a Tus siervos, que por medio del uso sabio y discriminatorio de recreaciones inocentes, podamos mostrarle a esa gente lo felices que somos.” Ellos no cesaron de predicar sobre Cristo. No tenían tiempo para organizar entretenimientos. Dispersados por la persecución, fueron a todos lados a predicar el Evangelio. Ellos “pusieron al mundo de cabeza.” ¡Esa es la diferencia! Señor, limpia a tu Iglesia de toda la podredumbre y basura que el diablo ha impuesto sobre ella, y tráela de regreso a los métodos apostólicos.

Finalmente, la misión de entretenimiento falla en lograr el fin deseado. Trabaja en destruir a los jóvenes convertidos. Permite que hablen y testifiquen los irresponsables y los burladores; estos le agradecen a Dios porque la Iglesia los encontró a mitad de camino. Permite que aquellos con cargas no guardan silencio; estos encontraron paz a través de un concierto! Permite que se levante el borracho, quien por medio del entretenimiento dramático, le sirvió de vínculo con Dios en la cadena de su conversión! No hay nadie que responda. La misión del entretenimiento no produce convertidos.

El estudio, en combinación con una espiritualidad sincera, es una necesidad urgente para el ministerio de hoy en día; una brota de la otra como el fruto desde la raíz. Hay una necesidad de doctrina bíblica, comprendida y sentida tan profundamente, que enciende el fuego en los hombres.


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