miércoles, 11 de marzo de 2009

La Armadura de Dios


"Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. " Efesios 6:10-11;13

En la actualidad existen muchos "cristianos" que recuerdan utilizar la armadura de Dios solo cuando se dedican a realizar las llamadas "guerras espirituales", término moderno y errado que ha invadido a las iglesias que han adoptado el movimiento celular, una de las tantas estrategias populares que han surgido en estos días. Pero si usted es un fiel lector y aprendiz de las Escrituras sabrá que nuestra batalla no es como los machitunes mapuches que uno suele ver en estas congregaciones o en sus fieles que sacan de contexto la sana doctrina con los shows que presentan al Señor, los cuales más que apoyarse en las fuerzas de Dios se sujetan más a practicar "movimientos corporales" que en nada sacan provecho más que un desgaste físico. Por esto, debemos entender por batalla o lucha a las cosas significativas y cotidianas que se presentan en nuestro vivir en Cristo y no como un estado momentáneo de excitación emocional. Asimismo como el Apóstol Pablo lo enseña, se deben reflejar en ese estilo de vida la verdad, la justicia, la paz, la fe, la salvación y la palabra de Dios. Todos estos atributos deben ser siempre parte del verdadero cristiano, tal como se señala en el libro de los Efesios a través de la comparación con elementos comunes que componen una armadura, porque si persistimos en practicarlas siempre nuestra alma y espíritu estarán seguros bajo la sombra del Omnipotente. De esta forma, Pablo concluye diciéndole a los Efesios que persistan en todo esto con oración, ya que el Espíritu es quien intercede por los santos y solo la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta. Por eso que nuestras oraciones y luchas de la fe siempre sean sujetas a la maravillosa y soberana voluntad de nuestro Señor.

"...orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar" Efesios 6:18-20

A continuación un video que ilustra la armadura de Dios que debe utilizar todo aquel que profesa la fe. Sean bendecidos!


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